Vacíe mis manos para dejar escapar la arena entre los dedos,
Y derramar unas
cuantas lágrimas al suelo,
Aún así dejo apagado mis ojos para escuchar los lamentos,
Quemante desdicha de extrañas
metáforas que empañan la luz que se ve en la puerta,
como un pequeño oasis de vida,
Maldito precio alquímico del destino y su soledad,
No hay razones para decir que sueño y creo,
No hay razones para no decir que las ilusiones azotan el alma contra el mundo,
No hay razones para no luchar hasta el final.
Que profundidad de palabras, me a encantado mucho llega relamente, pero me quedo sin duda con esta parte
ResponderEliminarMaldito precio alquímico del destino y su soledad,
No hay razones para decir que sueño y creo
saludos
Gracias Inori, nunca se dejará de soñar, saludos :)
EliminarLlego justamente por Inori hasta tu sitio, hermosas letras e imágenes que las acompañan.
ResponderEliminarDa la casualidad que publiqué con el mismo título mi última entrada...Alquimia, un placer llegar hasta aquí.
Te dejo un abrazo desde Urguay.
Gracias Cristina, casualidades de la letras que nos acompañan, gracias por dejar un trocito de tí en este espacio. Saludos.
EliminarAs tuas palavras são sempre uma inspiração para mim. Encontro neste teu mundo uma série de sentimentos que me fazem sorrir, chorar e pensar com o coração.
ResponderEliminarUm Abraço :)
Gracias, me siento halagado, pues admiro tu forma de expresar los distintos matices de la vida. Saludos
ResponderEliminarguau
ResponderEliminarme emocionaste.
Es precioso, increíble.
Un beso, actualicé: May R Ayamonte
Gracias May, saludos
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